miércoles, 5 de octubre de 2011

Cuando amanece


No ha sido fácil llegar hasta aquí. Pero aquí estamos, y lo único que importa en este momento es este momento. Una vez más me siento afortunado. Aquí hay amigos que nos esperan; y están bien. He venido con quien elijo, y he podido elegir un año más a quienes más quiero, que también están alegres, sanas y felices. Aquí descanso, me divierto, disfruto y estoy contento. Los otros que también quiero y no están conmigo, siguen desde lejos entregándome lo mejor. Nadie me obliga, soy, como siempre, único dueño, si no de mi vida (porque eso sería mucho decir), sí de mi actitud; nadie interfiere; nadie molesta. Me rodea la alegría, la pasión y la bondad de quienes quiero. Ya lo he dicho: me siento afortunado.

Esta noche ha sido larga, no la he dormido; está llegando a este lugar el sol y quisiera retener esa llegada. Hace mucho tiempo que aprendí cómo se hace; no necesité entonces cámaras ni máquina registradora alguna. Ahora que se compran memorias donde guardar lo que registran otros artefactos, sé de nuevo que es la mía la mejor de las memorias. Tan buena que todo lo olvida: pierde fechas, como arenas del zapato; pierde números, nombres, direcciones; olvida horas, palabras, sensaciones; no almacena caras, andares ni voces; ni luces, ni dolor alguno; no sabe del pasado ni prepara la próxima mañana. Así es esta memoria mía con la que ya he hecho las paces. 

Quizá por eso me entretiene también la fotografía; me repite Ya está aquí, no lo recuerdes; no necesitas recordarlo. Y es que me agrada todo lo que me libera. Y es también por eso que al remirar un álbum, me sorprendo cada vez; cada foto vuelve a ser un descubrimiento, ahora cargado de un no sé qué que me recuerda no sé qué; todo se vuelve un redescubrimiento en mi memoria. Y me fascina. Como las fotos, lo hacen algunos olores, algunos paisajes, algunas horas del día. O algunas voces. Y la música, un sabor, un andar, un cómo te retiras el pelo de la cara; cómo disfrutas de nuevo lo que llevas tanto tiempo disfrutando; cómo ríes cuando nos reímos. Y hasta cómo lloras cuando lloras.

Por eso esta madrugada me acerqué al mar para mirarlo. 

 Abstracción de la ola (7)                                                                     Más fotos en INéDITO facebook