lunes, 20 de enero de 2014

El inconsciente colectivo


Publicados el 15 de enero en CULTURIZANDO, os traigo aquí las imágenes de algunos logotipos que, acaso de forma intencionada, a todos nos pudieran parecer en cierto sentido impropios. Y si es así, es por razones relacionadas con el concepto de inconsciente colectivo. Un término acuñado por el psiquiatra Jung y sobre el que han escrito tanto psicólogos como lingüistas. 

Pero antes de hablar del inconsciente colectivo, es necesario distinguir entre signo y símbolo. En el lenguaje humano, entendemos por signo aquella palabra o imagen que representa lo obvio; así, la palabra “árbol” o la imagen (dibujo, pintura, fotografía, etc.) de un árbol, representa exactamente eso: árbol. Por su parte, hablamos de símbolo cuando la palabra (y el concepto que nombra) o la imagen de algo, va más allá de lo obvio, es decir, representa algo más que su significado inmediato. Y aunque a primera vista pueda parecer que comprendemos esto con precisión, hay un aspecto incomprensible, el referido precisamente al aspecto inconsciente del símbolo, que nunca podrá estar definido con exactitud ni debemos esperar que lo esté; de hacerlo, no estaríamos hablando del inconsciente. Y en este sentido, también Jung explicó los arquetipos, refiriéndose a los conceptos ancestrales que, como si de un poso se tratara, forman parte de la psique humana; precisamente de la parte inconsciente de la psique. Y es que los arquetipos no son otra cosa que representaciones simbólicas. Por tanto, los arquetipos representan y suponen lo indeterminable, pero son representaciones de un modelo universal, de tal manera que en todos los hombres, independientemente de la cultura o de la época a la que pertenezcan, se evidencian como algo innato, hereditario, instintivo. Por lo tanto, nadie puede librarse de la tendencia a las representaciones arquetípicas, como el lobo no puede hacerlo de cazar en manada o las aves de migrar en un determinado momento hacia un determinado lugar.

Pero si nos apartamos un poco del aspecto puramente psicológico y hablamos desde la consciencia; si atendemos al aspecto psicológico pero referido al lenguaje humano, sí podemos determinar algunos parámetros respecto al trasvase del inconsciente al consciente. Y es aquí o desde este punto de vista, cuando se nos manifiestan con mayor claridad los arquetipos, cuando el símbolo adquiere un sentido que se deja determinar y por tanto es objeto de estudio. En este sentido, sí que interviene la cultura a la que se pertenezca, la educación y la época que le haya tocado vivir a un hombre concreto.


Es por esto que, casi con total seguridad, todos llegamos a comprender el porqué del inconveniente de estos logotipos, y así, todos los hombres que pertenecen a nuestra cultura y en este preciso momento, son capaces de interpretar de la misma manera el aspecto simbólico de estas imágenes.





Comisión Juvenil de la
Archidiócesis de la Iglesia Católica











sábado, 18 de enero de 2014

Foto 16 para "La historia que no se ve"

Por fin Alfaro se ha decidido y me ha enviado otra foto nueva; en esta ocasión he sido yo el culpable de tanto retraso. Me propuso otras, pero yo quería colocar en esta página una en color y que fuera muy distinta a las dos anteriores; que no fuera un paisaje de naturaleza, que fuera otra cosa. Y, como siempre, me ha entendido.

Y he recibido esta fotografía de una fábrica de fundición de Avilés, que me parece muy buena y justo lo que quería, aunque no supiera exactamente lo que quería.
    Como con las anteriores, me he quedado un rato en silencio, observándola; el trabajo de Alfaro como fotógrafo me gusta mucho y de nuevo es de su calidad de lo primero que me percato. Luego procuro dejar la mente en blanco, algo parecido a lo que hago cuando medito, pero en estos casos sin hacer desaparecer la imagen que observo. Y escucho. Y huelo. Imagino.

Ahora se trata de guardar muy adentro las sensaciones que he sentido. Unos días después, vuelvo a abrir el archivo y aparece ahí, igual de imponente que la recordaba, y vuelven los mismos ruidos, los mismos olores. Y escribo. Escribo la historia que no se ve en esta fotografía que muestra la arquitectura metálica de un conjunto de estructuras que se perciben reunidas por un motivo o para un fin. Que huele a grasa y a minerales. Es una fábrica; son cientos de obreros. Es mucho tiempo, mucho trabajo, que imagino duro y agradecido porque llena las mesas y alegra las caras de los chiquillos que a ellas se sientan; porque permite ahorros y sueños. Caminos posibles para millares de familias durante décadas.

Esta es la foto. Alfaro la ha titulado "La fábrica".    

Cuando escriba la historia, la subiré a lahistoriaquenoseve.blogspot.com