Durante muchos años, no he podido vivir este tiempo de primavera en El Bierzo.
Ahora, que me lo he podido permitir, disfruto de esta tierra y de este paisaje primaveral; de los olores del campo; de los viajes por los pueblos, visitando restaurantes donde no sabría decir qué es lo que está más rico, si el cocido maragato, el pastel de repollo o los chupitos de aguardientes.
De lo que no cabe duda es que El Bierzo está precioso en este tiempo. Y que sus vinos siguen siendo deliciosos.