Ponferrada, 10 de enero de 2015, 14:17 horas, despejado, neblina, 2 ºC.
Un fotógrafo profesional puede por diferentes medios conseguir el mismo efecto. Pero yo no soy fotógrafo; así que espero esos momentos en los que el sol consigue traspasar la niebla, y disparo fotos. Solo algunas captan el instante preciso: ese en el que la luz ilumina mi mundo a través del velo de la niebla creando una atmósfera mágica que transforma la realidad.
Es entonces cuando parece, como en la noche, que las cosas no tienen colores: son los colores los que se apoyan sobre las cosas, lo mismo que cuando coloreamos los sueños al recordarlos. Se crean así escenas que no podríamos asegurar a qué hora del día pertenecen; ensoñaciones del consciente que fascinan; visiones prodigiosas que consiguen siempre mi atención, las fotografíe o no.