Acaba de enviarme Alfaro esta fotografía que me parece descarnada y rotunda. Una mirada de frente a una edificación antigua formada por 10 columnas de 6 nichos cada una; en total 60 nichos que forman este cementerio infantil y que más valiera que estuvieran vacíos. En la mayoría de las lápidas se puede leer: El niño (su nombre) subió al cielo el (fecha de su muerte). No me extraña que, como dicen, el cielo esté plagado de ángeles.
Estoy de vacaciones, en un paraíso de luz donde el mar se acerca con dulzura al desierto; no me apetece mirar esta foto; ni escribir historia alguna. Pero lo haré.
Realmente dura esta foto; un encuadre simétrico que le va perfectamente al tema; esperemos que Manuel no se cebe con la tristeza que se adivina en estas historias que contiene la foto. Muy buena Alfaro
ResponderEliminarGracias, Rasta, por tu fidelidad a "La Historia que no se ve" y por tus comentarios. Saludos.
Eliminar¡Ufff! Bueno, la fotografía es impresionante en todos los sentidos. Enhorabuena a Alfaro. La historia que puede salir de esta fotografía y de tu pluma, Manuel, seguro que será dura,intensa, emotiva y bonita. Por otra parte pienso que la muerte de un niño es la más triste e injusta.
ResponderEliminarUn abrazo.
En realidad ya tengo la historia escrita; normalmente la escribo en cuanto recibo la foto, salvo excepciones en las que se me atraviesa esa historia y no doy con ella, o con la que creo adecuada. Pero como ya sabes, luego la dejo dormir, y mientras tanto leo los comentarios a la fotografía y a su descripción, por si aparecen nuevas visiones que puedan cambiar la primera versión. Efectivamente la foto es dura, como la realidad misma. Y sí, la muerte es injusta cuando alcanza a los niños, sobre todo porque aún no han vivido su vida, aún son inocentes, y nada, ni la muerte, tendría que poder matar la inocencia. Saludos.
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