Viajé a mi tierra, El Bierzo, en diciembre de 2013, dispuesto a pasar la Navidad en familia y a someterme a una intervención quirúrgica que me obligaría a usar muletas durante algún tiempo. Todo salió bien, y muy pronto las muletas se quedaban olvidadas en los bares. Lo que no sabía es que me iba a enredar con el proyecto de jardinería de la casa que mi hermana y su marido tienen en Bembibre. Ha sido un trabajo importante, que realicé entusiasmado y del que estoy satisfecho. La verdad es que el trabajo lo realizó Gelo, mi cuñado, ya que yo ni podía ni debía adoptar ciertas posturas, coger pesos, y esas cosas que siempre te recomiendan después de la implantación de una prótesis; así que yo a lo mío: diseñar y dirigir la obra.
El caso es que 2014 lo recibí convirtiéndome en parte en un robot, con trozos de cerámica y otros de aleación de diferentes metales, que ya forman parte de mi cuerpo.
Además de ese cambio, también tuve la oportunidad de experimentar la cercanía y el cuidado con el que me trató mi familia; a quien hasta ahora, y desde hace muchos años, visitaba en contadas ocasiones, cuando me lo permitía el trabajo. Esta vez fue bien diferente, y me alegra haber tenido la oportunidad de volver a reconocerlos cercanos y de estar todo este tiempo compartiendo desafíos e ilusiones. Muchas gracias; nunca hubiera podido sentirme mejor atendido.
Además de ese cambio, también tuve la oportunidad de experimentar la cercanía y el cuidado con el que me trató mi familia; a quien hasta ahora, y desde hace muchos años, visitaba en contadas ocasiones, cuando me lo permitía el trabajo. Esta vez fue bien diferente, y me alegra haber tenido la oportunidad de volver a reconocerlos cercanos y de estar todo este tiempo compartiendo desafíos e ilusiones. Muchas gracias; nunca hubiera podido sentirme mejor atendido.
El invierno fue lluvioso, frío y nevado, por lo que El Bierzo resaltaba potente los días claros. No me extraña nada que sea la mía una tierra de muchos y buenos pintores; los contrastes y la luz son aquí algo prodigioso; y la gente, que no deja de visitar los lugares más recónditos donde siempre hay una casa de comidas, parece que sabe gozar de estas maravillas.
Ahora, ya en Madrid, me apetece compartir esta selección de fotos a modo de resumen (sin entrar en tantas otras que cuentan el trabajo que hicimos juntos).
Si os interesa el álbum, pinchar sobre la primera foto y lo veréis mejor.
Ahora, ya en Madrid, me apetece compartir esta selección de fotos a modo de resumen (sin entrar en tantas otras que cuentan el trabajo que hicimos juntos).
Si os interesa el álbum, pinchar sobre la primera foto y lo veréis mejor.
Hola Manuel, me alegro que ya estés recuperado de tu intervención. Estoy complacido con tu grata experiencia en familia, eso reconforta y ayuda a sanar. Las fotos que compartes son de postal: estupendas! Un gran abrazo!
ResponderEliminarGracias, Rafael.
EliminarUnas fotos preciosas. Y bueno, ya sabes que me alegro mucho de que todo te haya ido bien y de que estés recuperado.
ResponderEliminarUn abrazo.
Hola, preciosa. Ya sé que te tengo un poco abandonada, pero la verdad es que estos meses han sido apretados en horarios. Prometo contarte cosas muy pronto. Un abrazo grande.
EliminarMaravillosas fotos, sin duda. No me extraña que te sientas tan bien por semejantes parajes.
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