jueves, 6 de septiembre de 2012

De nuevo en Madrid

Rápido, muy rápido e intenso, como los sueños; así ha sido nuestra estancia en Galicia. Todo verde, todo lleno de vida y olores, del canto de los pájaros, de los sonidos del río y de las hojas de los árboles que no paran de mecerse con el viento fresco, siempre tan agradable.
Estuvimos desconectados del mundo en todos los sentidos: sin cobertura, sin Internet, sin teléfono... Solo abiertos a la naturaleza, al buen apetito y al sabor especial de una gastronomía rica y abundante, muy abundante.
De vuelta, Madrid y sus particulares agobios; el calor, que parecía que no iba a cesar nunca; el ruído de fondo; la multitud aturdida y siempre extraña; de nuevo los viejos vecinos de siempre, las mismas facturas en el buzón, ahora más caras; el rescate de lo cotidiano...
Hoy, toca dentista; mañana, gestiones varias. Así es esto que llaman vida y que hay que vivirla, contento a la fuerza, sin rechistar. Ya conectados: el Facebook, los blogs, el correo, la llamadas al móvil... También, el recuerdo de buenos amigos que apetece reencontrar. 
Y una nueva fotografía de Alfaro para el libro "La historia que no se ve"; yo ya he escrito una que vi. (lahistoriaquenoseve.blogspot.com )

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